
Por Esmirna Gómez.-
Este miércoles 5 de marzo, celebramos el Día de la Ceniza, un momento solemne que marca el inicio de la Cuaresma, un tiempo dedicado a la reflexión, penitencia y renovación espiritual. En este día especial, los fieles recuerdan su fragilidad humana y su constante necesidad de arrepentimiento y conversión, preparándose para vivir una Cuaresma significativa.
La ceremonia de la imposición de la ceniza, una de las tradiciones más simbólicas de la liturgia cristiana, recuerda a los creyentes la finitud de la vida, con la profunda frase: «Recuerda que eres polvo y al polvo volverás». Este acto no solo marca el inicio de un tiempo litúrgico, sino que invita a cada uno a mirar hacia adentro, cuestionando sus acciones y buscando un camino de arrepentimiento y reconciliación con Dios.
La Cuaresma, que dura 40 días, es un período de oración, ayuno y limosna, en el que los cristianos buscan seguir el ejemplo de Jesucristo. Es una oportunidad para reorientar los corazones hacia lo que realmente importa, fortaleciendo nuestra relación con Dios, mientras nos preparamos espiritualmente para celebrar la Pascua.
Este Día de la Ceniza nos invita a renovar nuestro compromiso con el amor, la misericordia y la paz. Es un tiempo propicio para crecer espiritualmente y vivir con mayor autenticidad, buscando siempre el bien común. Que este día nos inspire a todos a iniciar con fe y esperanza este camino cuaresmal.